Novelas cortas, así se titula el tomo 59 de la prestigiosa Colección Archivos, dedicado a esta parte de la producción del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti. Se trata de la segunda entrega de la Nueva serie, editada por Alción de Córdoba (Argentina) y, en este caso, con la colaboración de la Biblioteca Nacional de Uruguay. La coordinación científica de este proyecto, como de los anteriores, está a cargo del Centre de Recherches Latino-américaines de la Universidad de Poitiers.
La tapa, blanda en esta nueva serie, lleva la reproducción de un cuadro del pintor uruguayo Joaquín Torres García, una bella, al tiempo que sombría, imagen de una ciudad, Santa María, quizás.
Este volumen es el resultado de largos años de rastreos, búsquedas, estudios, investigaciones, y cotejos llevados a cabo por muchas personas (profesores, investigadores, escritores, críticos literarios y también algunos amigos del escritor), procedentes de distintas partes del mundo, lo que redunda en favor de la multiplicidad de enfoques y puntos de vista. El texto es de gran valor tanto para quien, teniendo ya cierta base de estudios de literatura, quiera comenzar a conocer a Onetti, como para los que deseen profundizar en algunos textos en particular, o descubrir nuevas facetas del autor: el primero disfrutará y aprovechará más la introducción, la cronología, algunos estudios críticos y, desde luego, las novelas; mientras que el segundo entenderá más a fondo el estudio filológico, las variantes encontradas y la reflexión de corte genético. Veamos, ahora, más en detalle las distintas partes que lo componen.
Las palabras de Juan José Saer, a quien, por cierto, está dedicada la próxima entrega de la colección, abren la “Introducción”, y nos hacen entrar al universo Onetti. En su “Liminar”, titulado “Onetti y la novela breve”, el escritor argentino destaca el valor, en sentido más global, del género breve, y subraya cómo en el uruguayo fueron siempre las necesidades de la voz narrativa las que dictaron el tipo de formato, que por esto mismo es muy variado, al igual que el punto de vista de la narración. Este texto resulta de gran utilidad para situar al autor en su época histórica y para comprender la importancia de las novelas breves dentro de su corpus. Saer nos recuerda además que la derrota es el elemento alrededor del cual gira toda la producción de Onetti, y concluye advirtiendo que todos nos reconoceremos, tarde o temprano, en sus personajes. Siguen la “Introducción del coordinador” y el “Estudio filológico preliminar”, ambos por Daniel Balderston, que se revelan esenciales para comprender a fondo la importancia del texto. En la primera, el coordinador describe ante todo los rasgos principales de la vida y las obras de Onetti, y luego, esquematizándolos con gran claridad, reflexiona sobre el espacio, el tiempo, los personajes, la acción y la narración que caracterizan su escritura. Por último, después de subrayar el papel activo que Onetti exige al lector, Balderston detalla y contextualiza los estudios críticos y el dossier de la recepción de estas novelas cortas, que ocupan la parte final del volumen. En el “Estudio filológico preliminar”, el investigador da cuenta de cómo se elaboró el libro, de las dificultades y las dudas con las que se enfrentó el equipo, así como de los logros que la presente edición trae a la comunidad científica. Nos relata el trabajo que hicieron con los manuscritos y con las primeras ediciones para poder establecer el texto y las variantes que proponen al lector, unos aspectos fundamentales en cada edición de Archivos, y que luego el mismo Balderston precisa ulteriormente antes de cada novela. El coordinador explica, además, que Onetti escribía de forma algo desordenada y siempre fragmentaria, lo que contribuyó a que, según declara, la tarea con los manuscritos fuera aún más interesante. Se detiene en particular a estudiar los casos de La cara de la desgracia y Cuando ya no importe. La primera por ser la reelaboración del cuento “La larga historia” también incluido en la edición, y la segunda porque, siendo la última novela del autor, que ya presentía la muerte cercana, muestra una escritura extremadamente fragmentada, dispersa entre agendas, cuadernos, y un texto mecanografiado por su hijo y su nuera, una fragmentación que ni siquiera en la versión definitiva se logra solucionar del todo. Esta parte, en la que el profundo conocimiento de la obra onettiana que muestra el coordinador va unido a su pasión de filólogo, funciona por un lado, como su propio título indica, de introducción, y, por otro, como guía constante e imprescindible a la quese debe volver durante la lectura del resto del volumen, ya que proporciona pistas para entender los trabajos críticos que siguen.
La nota del coordinador del equipo de Montevideo, Pablo Rocca, explica las normas seguidas para establecer los textos, y nos informa de algunas cartas y de testimonios que se descubrieron precisamente durante la labor de investigación emprendida para esta edición. Recuerda además que desde 2007 los originales se encuentran en la Biblioteca Nacional de Montevideo, y luego deja paso a las novelas mismas, recogidas en la sección “El texto”. En ésta encontramos, aparte de las ya mencionadas, El pozo, Los adioses, Para una tumba sin nombre, Jacob y el otro, Tan triste como ella, La muerte y la niña, Cuando entonces y Cuando ya no importe. Sigue la “Cronología” establecida por Alfredo Alonso Estenoz, que aporta informaciones acerca de la vida privada del autor, así como sobre su creciente participación en el mundo cultural, los viajes, el exilio, y las publicaciones que aumentaban, demostrando así el reconocimiento que iba progresivamente ganando. Siguen las páginas dedicadas a las tres secciones que profundizan en el análisis y la crítica de las novelas breves: “Historia del texto”, “Lecturas del texto”, “Dossier de la obra”. Esta parte, cifra de la colección Archivos, cuenta con los trabajos de renombrados conocedores de la literatura hispanoamericana y de Onetti en particular. En “Historia del texto” podemos leer un estudio de Hortensia Campanella, que nos da un retrato íntimo de Onetti, comentando su coherencia y su concepción de la literatura como vida; otro de Pablo Rocca, que, a través de algunas cartas, revela detalles desconocidos sobre la publicación de Los adioses; y dos escritos de Ana Inés Larre Borges, el primero enfocado a desentrañar la relación entre el cuento ”La larga historia” y la nouvelle La cara de la desgracia, y el segundo siendo una sugerente propuesta de lectura de Jacob y el otro, desde distintos enfoques. Los trabajos reunidos en la sucesiva sección, “Lecturas del texto”, exponen las reflexiones de Maarten Steenmeijer, Roland S. Méndez-Clark, Julio Premat, Ana Inés Larre Borges, Juan Carlos Mondragón, Gwen Kirkpatrik, Michelle Clayton, María Angélica Petit, y Mark I. Millington, quienes, muy inteligentemente, se dedicaron cada uno a una novela corta distinta, logrando así cubrir todo el material propuesto. Cierra esta parte el ensayo de Fernando Aínsa, que aporta una sabia y sugerente lectura de conjunto, enfocada a deslindar el tema de la estrategia narrativa onettina. Sigue el “Dossier de la obra”, fundamental para comprender cómo se recibió e interpretó la obra de Onetti. Éste reúne textos aparecidos en la prensa desde los años cuarenta hasta la mitad de los noventa, y ensayos más largos publicados en anteriores ediciones de la obra de Onetti, o en recopilaciones críticas. Hay además un breve texto del mismo Onetti en respuesta a otro de Wolfgang Luchting, que también está reproducido. Esta parte, junto con la detallada “Bibliografía” de y sobre el autor que cierra el volumen, resultarán utilísimas para los investigadores que quieran seguir descubriendo y estudiando a Onetti, ya que tanto el dossier crítico como la bibliografía ofrecen una infinitud de pistas de investigación.
Para concluir, es de señalar la reproducción de dos páginas manuscritas de Jacob y el otro, y de otras dos mecanografiadas de La cara de la desgracia: el último y feliz hallazgo en una edición ya imprescindible.